Función innovadora




 



"La innovación no está reservada a la élite,
sino debe llegar a las escuelas, institutos, centros universitarios
y a todo tipo de organización educativa".
FRANCISCO MENCHÉN (2008)


La innovación es un proceso íntimamente relacionado con la creatividad. La capacidad creadora del ser humano es el punto de partida para el desarrollo de la innovación. Podemos decir que la creatividad es un proceso expansivo, mientras la innovación es la creatividad aplicada.

Introducir creatividad e innovación en un centro educativo supone una fuerza y una palanca que va más allá del simple poder jerárquico. Las escuelas necesitan maestros y maestras capaces de generar nuevas ideas para poder responder de forma eficaz a las turbulentas fuerzas externas y en ocasiones internas. Hay que romper con la tradición y mirar las cosas de una forma diferente. Los miembros de un claustro de profesores deben crear nuevas maneras de desarrollar tareas, procesos y producir proyectos y programas de una forma diferente. Pero no basta con alumbrar nuevas ideas, es insuficiente, es imprescindible llevar a la práctica esas ideas. Algunos estudiosos han denominado a este proceso: "Círculo de Leonardo" en referencia a LEONARDO DA VINCI, el genio más universal de la innovación.

Innovar no es algo instantáneo ni individual ni aislado, sino algo que ocurre de una forma procesual, de forma colectiva, y no es un fenómeno únicamente mental o neuronal, sino más bien social. Para ser innovador, hay que ser explorador. Entendemos por innovación un proceso de transformación que aporta un valor añadido, en comparación con lo ya existente, que se desarrolla paso a paso. Innovar comporta activar nuevos conocimientos, habilidades y actitudes. Innovar significa cambiar y mirar al futuro. La innovación que no provoca algún tipo de cambio no se puede calificar de éxito.

Creemos en la función innovadora del maestro. La innovación debe formar parte de la misión
y visión de la escuela o instituto, y la capacidad de innovar debe ser uno de los valores culturales prioritarios. Estamos ante una realidad sociológica marcada por el cambio, fenómeno que se ha instaurado como única realidad fija, duradera e inmutable. En la era del cambio y de la transformación, la innovación se constituye en clave de supervivencia para toda escuela moderna.

El tutor en el desarrollo de su función innovadora debe encontrar nuevos caminos a través de la innovación para ofrecer y sugerir a los alumnos nuevos horizontes y la química adecuada para que la creatividad pueda florecer entre ellos.

La innovación no surge de forma espontánea, no aparece sólo porque un equipo directivo esté convencido de ello. La innovación ha de ser gestionada por el tutor siguiendo unas pautas determinadas: planificar, asignar responsabilidades, contar con los recursos necesarios, controlar los resultados obtenidos, e iniciar nuevas innovaciones. No existe un modelo óptimo de gestión de la innovación, depende del tipo de escuela. En cualquier caso, las improvisaciones no funcionan.

La función innovadora permite al tutor buscar nuevas formas de aprovechar el potencial creativo de sus alumnos y alumnas y conseguir que todos aporten lo mejor de sí mismo; es una  mejora planificada, que surge como consecuencia de necesidades detectadas en el sistema. La necesidad impulsa el cambio que da lugar a un proceso innovador. A través de la innovación se puede reinventar nuevas formas de entender y mejorar el trabajo.

Una innovación es algo diferente de lo que se ha hecho antes, pero eso no basta: no puede ser
simplemente extravagante o excéntrico. Debe "funcionar". Hay que crear entornos innovadores que apoyen la flexibilidad, la diversidad de las personas y se estimule la creatividad, donde se potencie la capacidad de asumir riesgos, el espíritu emprendedor para tener éxito y causar impacto.

Nos encontramos en una época en la que todo se transforma rápidamente, los acontecimientos son de muy corta duración, por lo que el cambio se ha instaurado casi como la única realidad fija.

ROLF JENSEN (1999),  experto danés, en su libro The Dream Society, teoriza sobre el advenimiento de la sociedad de los sueños, donde el componente emocional - valores, sentimientos y emociones - adquiere más relevancia que el componente racional. La innovación y la imaginación serán los ingredientes básicos de un nuevo modelo de educación para la sociedad del siglo XXI.

Un centro innovador debe propugnar el intercambio de experiencias, compartir las ideas, la colaboración y la formación de pequeños grupos de trabajo. En el entorno de los equipos de trabajo, la creatividad se mata muchas más veces que las que se apoya. No se trata de que alguien esté en contra de la creatividad, sino que se mina inconscientemente todos los días, por maximizar los imperativos de la ley como coordinación y control.

El tutor tendrá que luchar con los mitos que existen en torno a la gestión de la innovación, tales como: la innovación implica incertidumbre y ambigüedad, obtener resultados creativos exige tiempo y los triunfadores son esencialmente pragmáticos y no se detienen a soñar. Estos mitos tienen que desaparecer y en su lugar, se ha de crear una nueva mentalidad en la que se destaque que, hay que aprender a vivir con la incertidumbre y la ambigüedad, las ideas o productos creativos pueden surgir en cualquier momento, si existe el clima adecuado y crear un clima para que aparezca la creatividad no debe ser la excepción, sino lo habitual. En este contexto de cultura innovadora hay que suponer que el fracaso no sólo se tolera, sino
que se celebra. Los fracasos, las equivocaciones, los errores también forman parte del éxito. Un campeón no es una persona que nunca se equivoca. El famoso director de cine WOODY ALLEN (2002)  dice: “Si no te equivocas de vez en cuando es que no te arriesgas” Cuanto más innovadora es una escuela o instituto mayor es su rigor. Crear y desplegar nuevas ideas innovadoras requiere una gran disciplina y excelentes procedimientos. Las organizaciones capaces de innovar generan un flujo permanente de ideas y transforman la creatividad individual en innovación colectiva. La innovación precisa de un razonamiento hipotético. Hay que esforzarse en innovar permanentemente como un signo de nuestra época. Es preferible mejorar 1.000 cosas en 1% que mejorar 1 sola en 1.000%.

Una centro educativo que invierte recursos en I + D + i no sabe cuál será la rentabilidad de esta inversión en el futuro. Generalmente la innovación se planifica para una trayectoria larga, es necesario crear cultura innovadora. Para conseguir una idea innovadora potente son necesarias mil ideas que no funcionan. La estructura de una escuela o instituto debe contemplar la posibilidad de estar en un proceso de innovación permanente. El resultado de este proceso es incierto.

¿Qué programas innovadores has incorporado en tu planificación?

1 comentario: